jueves, 25 de agosto de 2011

Te odio tanto,
que recién me di cuenta
de que por tanto odiarte, llegaste a importarme de alguna extraña forma.
Recién me di cuenta de que el odio
no es más que el reflejo de lo que me falta.

Recién me di cuenta de que lo anterior es mentira.
Ver tu cara sonriente y sentirlo tan punzante,
me invade el corazón que quiero sacarme.
No quiero verte nunca mas, porque no quiero y punto.

Recién me di cuenta, respecto al primer párrafo,
de que tal vez sí me hace falta un poco de vos en mí.
Y, en cuanto al segundo, de que no quiero admitirlo...


No hay comentarios:

Publicar un comentario